lunes, 13 de octubre de 2008

Abelardo Caballero, "el rescata-juegos"






Abelardo Caballero, "el rescata-juegos", falleció en Montevideo el un viernes 13 de agosto de 2004. La escritora Malí Guzmán realizó una breve semblanza de un hombre que había entablado "una verdadera campaña personal a favor del juego, de la creatividad, de la memoria".





Abelardo Caballero, "el rescata-juegos"


Abelardo fabricaba juguetes (muñequitos, molinetes) y los vendía. Vivía de eso. Estaba todos los sábados en el Paseo de la Ciudad Vieja y el resto de la semana allí donde se juntara gente. A veces usaba un gorro con pajaritos, y siempre, andaba con su bicicleta llamada Raquel (con la que volvía pedaleando, ya muy tarde, hasta su casa en el Casabó). Se había propuesto (entre otras muchísimas cosas) rescatar la memoria a través del juego y los juguetes. Visitaba escuelas o se paraba en las plazas y le enseñaba a los niños cómo eran los "juegos de antes". En su bicicleta Raquel había una bolsa enorme de donde salían baleros, piedritas de payana, zancos hechos con latas, cuerdas, el viejísimo juego del "aro" y mucho más. A mí intentó enseñarme a jugar a la "chinchiribela", un juego que trajeron aquí los primeros inmigrantes italianos (está claro que no aprendí y que casi rompemos el vidrio de un auto en la calle Grecia). Cuando hace años le hice una entrevista para la revista El Estante, me dijo :"Yo me di cuenta de que algo importante se estaba perdiendo cuando vi que los gurises ya no saben elegir piedras chatas para hacer sapitos en el agua" Abelardo empezó una verdadera campaña personal a favor del juego, de la creatividad, de la memoria. Contaba cuentos, les enseñaba a los chiquilines a creer en su propia capacidad de inventar historias. Trilló escuelas, colegios, se vinculó a la Universidad, empezó a salir en la prensa (hasta la TV acusó recibo de su insólita cruzada cultural) y desde hace años participaba en el Foro Social o viajaba al exterior para seguir desparramando su locura. Muchos lo vamos a extrañar. Sobre todo la gurisada del Cerro y el Casabó. Los adolescentes, niños y jóvenes a los que encontraba de noche, tomando vino y dándole a la droga más barata que hubieran conseguido. Pedaleando llegaba Abelardo, siempre cargado de bolsas con comida para todos ellos, y se los llevaba a la playa donde amanecían charlando, contando cuentos, compartiendo los pocos sueños que ellos tenían y la mucha esperanza que él les transmitía. Estaba por viajar a la India, y por eso en estos días las noticias eran contradictorias. Que había muerto. Que no, que lo habían visto (vivía solo). Que su desaparición era una broma más y estaba de viaje. Hoy confirmamos que el sábado pasado ingresó al cementerio del Cerro el cuerpo de quien fuera Jesús Abelardo Caballero. Allí está. Ahora que escribí todo esto no sé bien cuál es la noticia importante. Si es que Abelardo murió solo, el viernes, en su casa sin llave, o que haya existido realmente un tipo como él.


*Fuente: (www.testimonios.org)




Poema a un amigo (Por Anaclara)

Amigo del encanto y la poesía,
Buscador de sueño y sonrisa
Enamorado de la vida de la gente
Ladrón de tristezas y de mufas
Armador de vuelos en fant
asías
Duende sembrador de esperanza
Orquestador sinfónico de utopías

Casi mago, casi br
ujo
Animador de la calle con la vida
Bajo su sonrisa anima la feria
Alquimista transformador de sombras
Lleno de ternura robada
Explícito puente de alegría
Redomado recitador de sal
mos luminosos
Oferente notable de amor y amistad





Desde estas tierras tan al norte del mundo y viviendo un exilio económico, recibo esta noticia que dejó mis brazos más vacios al pensar y recordar tantos momentos compartidos con Abelardo, ese quijote que bicicleteó las calles de Montevideo llevando un cascabel en la mirada, y un niño eterno en el alma. Recuerdo su presencia entre tantos jóvenes en el Colectivo La Lucera, donde con energía y ocurrencias enriquecían aquel espacio de creatividad y desafíos permanentes. El mundo discurría afuera, pero parecía tan lejano su macabro proyecto, pues Abelardo rescataba de la vida su rica ludoteca aprendida de los saberes populares, de la calle de los barrios, del cuento de las abuelas, de los rincones empolvados, de sus habilidosas manos...que tejieron historias, sonrisas infantiles, espectación, interés..él supo caminar con sus molinos sobre Raquel, y hoy muchas semillas germinaron en su fértil intensión de compartir.
Vaya mi sencillo recuerdo a tan honorable persona, y quedó acá haciendo pajaritos de papel que un día me enseño hacer con los niños de la escuela, los pondré en vuelo quizás en este inmenso espacio del andar retomen su vuelo de la mano de Abelardo. Negrita

(comentario de "Negrita")








*Programa de Testimonios sobre Abelardo (Click Acá)
(duración 18 minutos - tamaño 4.25mb - www.testimonios.org)

**Los créditos de las primeras 3 fotos son para Libertinus.
(Material publicado en Indymedia Uruguay) (Click Acá)

***Los créditos de la última foto son para "Gabu"
(Material publicado en Indymedia Uruguay) (Click Acá)

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